viernes, 30 de noviembre de 2018

Nueva vía en la cara sur del Balaitus: ESPERA QUE ME SUELTO (220m, 6c)

El Pirineo es un lugar increíble en el que he tenido miles de vivencias, y en el que he crecido como persona y escalador. Empecé en la mochila con aita y ama cuando tenía apenas meses, y luego empezamos a hacer travesías de varios días en total autonomía cuando yo tenía 10 años, ascendiendo los tresmiles mas característicos; fue en una de estas travesías en la que salió el tema de abrir una vía en una pared del Pirineo. Los valores que desde pequeño mis padres me inculcaron mediante la montaña son la mejor educación que he tenido, sin ninguna duda.
Ahora escalo sobre todo con mis amigos, pero las salidas en familia siempre son especiales por todo lo que me hacen recordar, y más todavía cuando la actividad supone un verdadero reto como lo era esta última vez. Hace pocos meses fuimos los tres al macizo del Balaitus con la mirada puesta en la estética arista que culmina en la cima del Balaitus, formada por la Cresta del Diablo y la de Costerillou.
Amaneciendo justo antes de entrar a la arista
Escalamos la del Diablo, no demasiado larga pero bastante técnica, y decidimos no seguir con la de Costerillou, ya que se nos haría de noche. Ahí es cuando la pared sur del Balaitus captó toda nuestra atención, y le propuse a mi aita: ¿Y si intentamos abrir una vía ahí? Después de varias horas de trabajo de investigación en casa ubicamos todas las vías de la pared, y nos imaginamos un par de líneas posibles, así que nos pusimos en marcha. Kilos y kilos de material, comida para 5 días, tienda, saco... Mochilón para los 1.400m de desnivel que separan el Embalse de la Sarra de la base de la cara sur del Balaitus.
Comenzamos con la aproximación
Encontramos una gran bloque de roca perfectamente plano y lo suficientemente grande como para poner la tienda, a 10 minutos de la pared y muy cerca de un pequeño torrente de agua. La verdad que poco más podíamos pedir en un terreno tan rocoso e irregular.


El primer día escalamos el Diedro Sur como primer contacto con la pared, con el objetivo de echarle un ojo a la línea que queríamos dibujar. La decisión estaba tomada para el siguiente día: intentaríamos escalar por la izquierda del Diedro Sur, empezando por un agujero negro característico y luego en busca de un diedro muy estético ubicado a mitad de pared mediante un sistema de fisuras y diedros que intuíamos hacia la derecha. Amaneció cuando estábamos en la base, organizando todo el material. Nuestra estrategia era la siguiente: yo escalaba de primero con un montón de friends colgados en el arnés, montaba la reunión y fijaba la cuerda para que mi aita subiese con la mochila. 
L1 (6c): comienza hacia un agujero negro, del cual sale con un paso duro. Una especie de diedro-chimenea nos lleva hacia una pequeña repisa, y después navegando un poco llegamos a la repisa de la R1
L2 (6b): empieza por un increíble diedro (foto), y después de una pequeña zona fácil de transición seguimos una fisura que mediante una travesía a la derecha nos deposita en la pequeña repisa de la R2
L3 (6a+): después de una pequeña secuencia de fisuras y diedros con tendencia a la izquierda entramos al diedro característico de la derecha (foto) que nos lleva directamente a la repisa de la R3

L4 (IV): largo fácil en el que hay que navegar con la mirada puesta en la chimenea del último largo
L5 (6a+): después de un pasito saliendo de la reunión vamos con tendencia a la izquierda buscando la chimenea característica, pero en vez de internarnos en ella (roca algo descompuesta) escalamos por su izquierda hasta casi el final.
Fuimos capaces de seguir las debilidades de la roca, encontrando fisuras y diedros por donde escalar, y después de 5 largos y unas 7 horas llegamos a la última reunión de la vía, muy contentos y satisfechos por haber conseguido trazar una línea nueva en una gran pared del Pirineo.
Alegría y satisfacción en la última reunión, segundos después de terminar con la apertura
Respecto al nombre, "Espera que me suelto", esconde una pequeña anécdota, y es la siguiente. En el año 2010, yo con 10 años, fuimos los tres de la familia a Cavallers. Escalamos una vía que para mí suponía la más larga de entonces, pero todavía quedaban los rápeles de descenso. Estaba yo llegando a la última instalación de rápel donde me esperaba mi aita, y según llego me dice que me ate. Yo, supongo que invadido por la sensación de cansancio después del largo día, no se me ocurre mejor que decirle: "espera que me suelto". Mi aita tardo 0'000001 segundos en agarrarme y hacerme volver a la concentración que requiere rapelar. De esta experiencia he aprendido algo muy importante, y es que la escalada termina cuando volvemos abajo y la cima es solo la mitad del camino. Es importante mantenerse concentrado siempre, pero especialmente cuando estamos cansados y tenemos que hacer maniobras tipo rápeles que creemos hacer bien sin necesidad de prestar atención.


Ahí va el croquis!!! Animaos a repetirla y esperamos que os guste!!