lunes, 25 de febrero de 2019

Arista Salenques-Tempestades al Aneto en invierno

Con la expedición al Ama Dablam en poco más de un mes, queríamos hacer alguna arista larga que coronase una cima importante del Pirineo, y la elegida ha sido la clásica Salenques Tempestades al Aneto. Dos kilómetros y medio de cresta que conducen al techo de los Pirineos con 3.404m. Una actividad no especialmente complicada por su dificultad técnica, pero si por la longitud del recorrido y el terreno de alta montaña en el que se encuentra, donde muchas veces lo más difícil no son los largos técnicamente más complicados, si no las trepadas en las que no está permitido fallar, los destrepes delicados, los tramos de roca descompuesta, el saber encontrar el camino... Si a todos estos factores le sumamos el factor invierno, nos sale una alpinada bastante guapa.


Llegando a la cima del Aneto, con la Espalda del Aneto detrás
La aproximación la realizamos desde Llanos del Hospital; salimos a las 5:30 hacia la Besurta, luego hay que pasar el Plan de Aigualluts y remontar el valle de Barrancs hasta La Colladeta, desde donde podremos ver la cresta al completo. Nos queda ir hacia el collado de Salenques, la parte más agónica de la aproximación, ya que la nieve aquí era una guarrada; una costra dura pero que siempre acababa rompiendo y nieve polvo debajo. Los esquís pueden ser de gran ayuda en la aproximación, y también en el descenso, pero hay que cargar con ellos durante toda la arista.

Abriendo huella en la parte final de la aproximación, con el Margalida, Tempestados y Espalda del Aneto de fondo
En vez de ir hasta el collado de Salenques, entramos a la arista un poco más a la derecha, y subimos sin encordarnos por un terreno no demasiado difícil hasta que la arista se vuelve más horizontal, pero con una nieve muy suelta que nos ralentizaba mucho.

Tramo inicial sin encordarnos
Empezamos la arista; detrás vemos el Margalida, y más al fondo el Pico Tempestades
Progresamos por la arista hasta que un gendarme nos corta el paso; hay que escalarlo por sus características fisuras oblicuas (IV) por la vertiente de Barrancs, y desviarnos a la derecha sin coronar la cima.

Las características fisuras oblicuas del primer gendarme (IV)
Otro gendarme (la Torre de Salenques) nos corta el paso; hay que esquivarlo por la derecha (IV, un paso) y llegaremos a una brecha, debajo del Primer Resalte de Salenques. Lo escalamos en dos largos: el primero sigue una especie de espolón fisurado (IV) hasta una repisa (1 clavo), donde montamos reunión, justo debajo del largo vertical de V protegido con algunos pitones; para el segundo, en vez de ir directos, hicimos una travesía a la izquierda para escalar el gendarme por un sistema de fisuras más fácil (IV).
Primer largo (IV) del Primer Resalte de Salenques
Segundo largo (IV): travesía a la izquierda

Desde la cima continuamos por la arista, sin demasiadas complicaciones. Hay que bajar a una brecha, y de ahí subir hacia el Margalida por la vertiente de Barrancs, para luego cambiar de vertiente y llegar hasta la cima por lo que en verano debe ser un sistema de viras fácil con alguna que otra trepada. En invierno, sin embargo, la cosa se complica, y viendo el estado de la nieve que encontramos al inicio de la arista y el sol pegando fuerte, decidimos vivaquear y dejarlo para la mañana siguiente, esperando encontrar la nieve más dura. Pasamos una noche espectacular, sentados en una pequeña repisa, con la luna llena iluminando de forma increíble el macizo del Aneto.



Vivac
Foto de rigor y a dormir
A la mañana siguiente nos pusimos en marcha con los primeros rayos de sol, sobre las 8:30. Encontramos la nieve en mejores condiciones que el primer día, aunque todavía seguía estando un poco suelta y te hundías bastante. Llegamos al Margalida mediante alguna que otra trepada, y seguimos la arista, ahora más fácil, hasta el Tempestades.

Empezamos a escalar por la vertiente de Barrancs
Ahora por la vertiente de Salenques, con el Margalida arriba al fondo
Vista del Pico Tempestades y el Aneto desde la cima del Margalida
Llegando a la cima del Tempestades
Continuamos por terreno sencillo, hasta que nos encontramos con un gendarme, que tiene dos opciones: en recto por un diedro anaranjado (V) o por su derecha en busca de un clavo y luego unos cordinos (IV); nosotros elegimos esta segunda opción.

Escalando el gendarme por su derecha, justo a la altura del clavo
Parte final del largo, una vez pasado el clavo
Seguimos la arista hasta la Brecha de Tempestades; tenemos dos opciones de bajar a la brecha, rapelando o destrepando. Aconsejamos rapelar, ya que la roca está muy descompuesta en esta zona, y no merece la pena jugártela. Hay una instalación de rapel (clavos y cordinos) que encontramos caminando hacia la derecha para encontrar el punto más alto. Hay que hacer un rapel de 30m, y luego seguir el descenso destrepando, pero decidimos dejar un cordino y mallón para las futuras repeticiones (esperemos que nadie se lo lleve). Ahora se baja hasta la brecha en dos rapeles de 30m a tope de cuerda, mucho más rápido y seguro que destrepando. Cuidado con la transición del primer al segundo rapel, hay que destrepar (andar) un par de metros.

Croquis de los rápeles visto desde enfrente
Desde la brecha nos disponemos a escalar la Espalda del Aneto; primero hay que recorrer unas placas blancas hacia la izquierda, y luego un muro más vertical con bloques grandes (max. IV). Nosotros lo hicimos en dos largos.

Después de hacer la travesía hacia la izquierda; montamos reunión a esa altura, para luego escalar en recto la parte siguiente
Llegando a la reunión del primer largo; al fondo la Brecha de Tempestades
Aquí acaban las dificultades técnicas de la arista, pero comienza un terreno de roca más descompuesta, donde encontrar el camino se hace más complicado. Es una zona que a pesar de ser más fácil no hay que minusvalorar, por lo menos en invierno. A través de varias trepadas y travesías en nieve blanda por la vertiente oeste, y siguiendo unos hitos, llegamos a la Espalda del Aneto.

Subiendo hacia la Espalda del Aneto por su vertiente oeste; aquí hay múltiples opciones
Espalda del Aneto
La arista que sigue al Aneto es bastante sencilla, pero primero hay que pasar una zona de trepadas y destrepes un poco delicada. Llegamos a la cima a las 18.30, con los últimos rayos de luz brindándonos una panorámica espectacular.

Llegando a la cima
Cima del Aneto!!!
Atardecer espectacular
Un poco de agua, comer algo, guardar el material, sacar los crampones y a las 7 nos ponemos en marcha. Teníamos unos 1.700m de desnivel hasta Llanos del Hospital, que hicimos en 3 horas y media por la Renclusa. Las ganas de llegar a tiempo a Benasque para celebrarlo con una cena nos hicieron apretar el paso.

Celebrando en Benasque; así da gusto
Material: algunos friends medianos, medio juego de fisureros y anillos de cinta. Se hace bien con una cuerda doble de 60m, pero llevar dos nos facilita una posible retirada (nosotros llevamos dos dobles y una ni la sacamos de la mochila). Crampones y piolet para la aproximación y el descenso.

En definitiva, una actividad muy guapa, totalmente recomendable, que sin ser técnicamente demasiado difícil, exige buena condición física y habilidad para moverse en terreno de alta montaña con seguridad. La cresta pirenaica por excelencia!!!