domingo, 28 de abril de 2019

Primer intento al Ama Dablam

En el campo base, justo antes de lanzar nuestro primer intento
Después de tanto tiempo soñando con este momento y tanto esfuerzo y dedicación, el 25 de abril salimos del campo base con intención de hacer cima el día 27. Con el material de escalada y todo lo necesario para sobrevivir 3 días allí arriba (tienda, sacos, comida, gas...), las mochilas rozaban los 20kg; algo más de lo que habíamos pensado en un principio.
Con el mochilón aproximando al C1

Kangtega y Thamserku al fondo
    A las 7:45 empezamos a andar con los mochilones; 1.200m de desnivel nos separaban del C1, a 5.800m. Fue un día duro, más de lo esperado, pero después de 7h interminables por fin llegamos al C1. Había varias tiendas montadas, ocupando las pocas plataformas disponibles, pero una agradable sorpresa estaba por venir. Nos ofrecieron una tienda vacía, y así nos ahorramos el currarnos una plataforma entre rocas y montar la nuestra. Nos comimos el sandwich de queso que nos había preparado el cocinero a la mañana, un poco de fruta que nos subimos para la tarde, hidratarnos bien mientras disfrutábamos de los últimos instantes despejados antes de que se pusiese a nevar y para las 5 empezamos a preparar la cena: pasta al curry con pollo. No vamos a engañar, solo había que echarle agua caliente jajaj.
Llegando al C1

Llegando al C1

    A la mañana siguiente salimos sobre las 6:30, después de un desayuno de lujo: té con galletas y 150gr de jamón para los dos. Escalamos por la espectacular arista durante unas 5-6h hasta el C2, a casi 6.000m. La escalada va en su mayor parte por el filo de la arista o por el lado derecho, intentando seguir siempre la línea más evidente, hasta que llegamos a la parte técnicamente más difícil de toda la arista suroeste: The Yellow Tower. Un largo de roca de V+ de 30m justo debajo del C2, que conseguí resolver con la bota gorda, pasando un poco de miedo en algún paso y testando la resistencia de uno de los clavos.
Comenzamos la escalada


The Yellow Tower, V+


Hay que recordar que la arista suroeste del Ama Dablam, aun siendo técnicamente complicada, es la vía más asequible de la montaña, por lo que las expediciones comerciales la equipan con cuerda fija para subir a sus clientes. Nosotros escalamos por nuestra cuenta, haciendo caso omiso a la cuerda fija, pero sigue estando ahí, facilitando la navegación, lo cual quita un punto de aventura a la ascensión. Pero si quieres escalar el Ama Dablam por su arista suroeste, es algo con lo que tienes que convivir.
Llegando al C2

C2
    Llegamos al C2 al mediodía, con tiempo de visualizar por donde atacaríamos la cima a la madrugada. Durante todo el día la nieve nos complicó bastante el progreso, y vimos que a partir de 6.000m la acumulación de nieve sin transformar era muy obvia. Ese mismo día bajaban 4 miembros de una expedición internacional guiados por sherpas que habían llegado poco más arriba del C3 (6.300m), y nos dijeron que estaba muy peligroso. Arreglamos una repisa para poder montar nuestra tienda, cenamos (esta vez el menú eran lentejas con jamón) y nos metimos al saco con la alarma puesta a las 12 de la noche. Ninguno de los dos decía nada, pero los dos le estábamos dando vueltas a lo mismo: la montaña estaba demasiado peligrosa, había mucha nieve suelta. Decidimos que no era el día, así que atrasamos la alarma hasta las 5:30, y a la mañana siguiente bajaríamos al campo base, para descansar y volver a preparar otro ataque.
C2
    Dejamos algo de material en los campos 1 y 2, para que la mochila no fuese tan pesada en nuestro segundo intento, y nos bajamos al campo base con el sabor agridulce de darnos la vuelta pero haber hecho lo correcto, dadas las condiciones de la montaña.


    Después de un día de descanso en el campo base, con ducha y un cocinero que cada día nos sorprende más, mañana salimos otra vez para arriba, con intención de hacer cumbre el día 1.

miércoles, 24 de abril de 2019

Por fin en el campo base del Ama Dablam


Después de un año de preparativos (búsqueda de información, planes, entrenamiento,…) ya estamos  en el campo base con el Ama Dablam sobre nosotros. 20 días aclimatando con un trekking espectacular en el que nos han acompañado 4 amigos.

El primer paso fue estar dos días en Namche, a 3.440m. ¡Cómo ha crecido! Eso sí, sigue manteniendo su encanto.
Aprovechamos para visitar Khumjung y Kunde, dos pueblos sherpas que mantienen su actividad tradicional, mucho menos turísticos que Namche y dedicados a la agricultura, a la patata.


Después de estas dos jornadas, optamos por subir hacia Gokyo, donde también pasamos dos noches y ascendimos el Gokyo Ri (5.357m).


Desde Gokyo, por el impresionante collado de Cho La Pass (5.368m), cruzamos hacia Lobuche, camino de Gorak Shep y el campo base del Everest. Entre Lobuche y Gorak Shep estuvimos dos días; yo no pude subir a Kala Patthar (5.550m) porque empezé a encotrarme enfermo, y ese mismo día comencé con los antibióticos. ¡Malditas anginas! Los demás sí que subieron a la cima, disfrutando de un día increíblemente despejado.



Bajamos otra vez a Lobuche, para el siguiente día cruzar el glaciar del Khumbu y subir al collado de Kongma La (5.535m), bajando después a Chhukkung. Yo, por culpa de mis queridas anginas, no pude seguir al grupo, y tuve que dar la vuelta por le fondo del valle por un terreno mucho más tranquilo. Llegué pronto al lodge, y como me encontraba mejor, decidí ascender al Chhukkung Ri (5.550m). No había podido subir ni Kala Patthar ni Kongma La, y en dos días teníamos previsto hacer el Island Peak (6.189m), así que quise probarme.



Al día siguiente partimos todos hacia el campo base; un itinerario corto pero muy bonito. Goizane y Eder, sin intención de escalar el Island Peak, se volvieron a Chhukkung, y Ramón, Jose Ángel, aita y yo salimos sobre la 1 de la madrugada hacia la cima. Hicimos cima, lo cual fue positivo para la aclimatación, pero no fue una experiencia del todo agradable: un centenar de personas subiendo por cuerdas fijas en mal estado no es que nos motive mucho.


Bajamos en el día a Chhukkung, y a la mañana siguiente, después de una buena y necesaria ducha, fuimos hasta Pangboche, donde nos despedimos del grupo. Yo había pasado la infección, todo parecía en orden, pero la fiebre hizo de las suyas. ¡Hasta 40 grados de fiebre! Así que me tocó pasar 3 días en cama.

El 23 de Abril, recuperado y con tan solo un día de retraso respecto al planning inicial, subimos al campo base. Conocíamos el sitio, pero ni nos imaginábamos este nivel de comodidad: una tienda comedor espectacular, tiendas individuales con colchón y un cocinero buenísimo.